En la sedación se utilizan ayudas farmacológicas, que inducen a un estado de relajación del paciente,  en el cual se puede realizar un procedimiento clínico sin experimentar un estado de temor o ansiedad exagerados.

Está indicada en pacientes con condiciones especiales (algunos síndromes y patologías que impiden una comunicación normal), pacientes con trauma emocional por experiencias negativas anteriores (odontofobia), pacientes con fobia a las agujas, niños que requieren tratamientos extensos y complejos  con capacidad de adaptación y colaboración limitada y en general, pacientes que deseen un mejor confort en su experiencia terapéutica.

Se logra con ayuda farmacológica, ya sea por vía oral, respiratoria o endovenosa en la cual el paciente se relaja y conscientemente es capaz de soportar un procedimiento clínico y seguir indicaciones terapéuticas durante el procedimiento sin perder la consciencia.

Mediante ayuda farmacológica (vía respiratoria o endovenosa) administrada y supervisada constantemente por un médico anestesiólogo, se lleva al paciente a un estado de inconsciencia en el cual no registrará ningún evento desagradable o negativo. Para evitar sensaciones dolorosas es necesario, con el paciente en estado inconsciente, colocar anestesia local.

Sistema electrónico que una vez colocado “el pinchazo”, entrega anestesia local en un solo diente y es controlada por computador, facilitando el proceso de inyección (controla temperatura y velocidad de ingreso del líquido anestésico) y esto nos ayuda a disminuir el efecto doloroso y estrés del paciente siendo mejor tolerado.